Desde el 2016 hemos tenido la buena fortuna de poder realizar de dos a tres ediciones cada año de este taller de matemáticas entretenidas en el Centro de Internación Provisoria (CIP) San Joaquín del SENAME. Les llevamos juegos y desafíos de lógica matemática, combinatoria, geometría, grupos de simetrías y sistemas dinámicos discretos, entregándoles pistas en forma gradual cuando están estancados pero insistiendo en que sean ellos quienes desarrollen sus propias estrategias. La puerta está abierta y lo que se necesitan son más manos, por si quieres unirte a esta causa de llevarles, a través de la matemática, un poco de luz a los jóvenes en los centros de régimen cerrado y de régimen abierto del SENAME en todo Chile.
El formato ha sido de tutoría individual, aunque por razones logísticas trabajan entre cinco y seis parejas (tutora/tutor – joven del centro) en forma simultánea en la biblioteca u otros lugares del centro. Los tutores somos alumnos, funcionarios administrativos y profesores (quienes, por demás, nos hemos visto sumamente gratificados de contar con esta instancia de participación horizontal). El formato es importante porque apunta a la creación de un pequeño lazo entre la tutora/el tutor y el joven del centro, quienes trabajan juntos (la misma tutora/el mismo tutor con el mismo joven) una vez por semana (sesiones de una hora) durante cuatro semanas. En principio, lo que hacemos es llevarles esta colección de desafíos matemáticos. Lo que se logra, sin embargo, va más allá del desarrollo de estos juegos. La divulgación de la matemática; la exposición al hecho mismo de que la matemática en vez de ser sufrimiento es juego, sorpresa y satisfacción, en este taller de matemática en el SENAME, en realidad, no es un fin sino un medio. El fin principal es acompañar a quien está en contexto de encierro (y desde niño vulnerado de cuántos de sus derechos). Probablemente victimario (presunción de inocencia mediante), es también víctima de una sociedad que brutalmente margina y mira a otra parte. A quienes hemos conocido son a jóvenes totalmente carentes de atención y afecto que crecen en medios que no solo validan socialmente y premian sino que incluso exigen ser temidos, temerarios y causar mucho daño. Además de ayudarles a salir de la rutina, concentrarse y jugar; además de permitirles retomar, aunque sea por breves instantes, su rol de menores de edad, su rol de preguntar, movido por la curiosidad, a un profesor o tutor; también el taller tiene un efecto que no habíamos previsto cuando comenzamos. La internación los invisibiliza; se sienten, de algún modo, un poco menos existentes. En cambio, cuando nos narran su experiencia y cuando se muestran a ellos mismos, y nos muestran a nosotros, que pueden resolver los problemas matemáticos, sienten un efecto muy positivo sobre ellos. Por otra parte, a los jóvenes les impacta que vayamos «porque sí», no (p. ej.) buscando un pago. Les impacta que los consideremos con derecho a ser educados, a recibir un poco de atención y a encontrarse con las matemáticas. Los psicopedagogos del centro nos han manifestado que consideran que lo más formativo en su permanencia en el centro (no solo en el taller de matemáticas) resulta ser cada instancia en que ellos ven que algo es distinto de cómo creían que era. Y tanto ellos como la Directora y el equipo de trabajo del CIP (cuyo apoyo agradecemos profundamente) nos manifiestan que el taller está logrando un poco de esto; que consideran que el taller los interpela y les ayuda a romper algunos esquemas.
Hemos aprendido mucho (¡y cuánto nos queda por aprender!) de Marcela Gaete y de toda la Red Chilena de Pedagogía en Contextos de Encierro – www.redpece.cl, a quienes agradecemos de corazón el reconocimiento que nos han brindado.
Contacto: dhenao@mat.puc.cl